jueves, 30 de julio de 2009

LA LECTURA: NUESTRA LLAVE MÁGICA


"La lectura nos abre las puertas del mundo que te atrevas a imaginar"






Según el diccionario, lectura es el proceso de recuperación y aprehensión de algún tipo de información o ideas almacenadas en un soporte y transmitidas mediante algún tipo de código, usualmente un lenguaje, que puede ser visual o táctil.

Esta es la definición formal del vocablo lectura. Para mí, lectura es un mundo imaginario al que podemos entrar por voluntad propia cuantas veces querramos. Una vez en él, logramos olvidarnos de lo que nos rodea y si nos dejamos llevar por las palabras, se crean en nuestra mente imágenes de personas y personajes, de cosas y lugares, historias maravillosas y únicas. Originalmente nuestras. Leer nos transporta a cualquier sitio sin movernos y sin más límite que nuestras propias alas. Nos hace libres.

La lectura es una práctica que se enseña e incentiva, por lo cual, no todas las personas la ejercitan con habitualidad. Se trata de una habilidad muy compleja que se desarrolla a edad muy temprana y se afianza con el correr del tiempo. Eso depende de la experiencia de cada uno. Pero nunca está demás, destacar su valioso aporte a nuestra formación. Sin dudas que, además de recibir información a través de ella, pone en movimiento un proceso que nos permite internalizar las palabras captadas y convertirlas en conocimiento y por ende, en parte de nuestro pensamiento. Por otro lado y sin darnos cuenta, enriquece progresivamente nuestro vocabulario. De repente, nos encontramos diciendo o escribiendo palabras nuevas (para nosotros), raras o poco oídas, que han sido incorporadas a nuestro lenguaje cotidiano, gracias a la lectura.

Siempre deberíamos tener un libro cerca, es un leal compañero que llena nuestros espacios con eficacia y sabiduría. Hay tiempos de espera, de relajación o de ganas de no hacer nada; esos son los ideales para abrir un libro y embarcarse en una apasionante aventura, dejándose llevar.

No todas las necesidades son iguales; y la lectura tiene tantas utilidades como necesidades haya, sea como una herramienta de trabajo, sea para recibir información de cualquier tipo y color, sea por el puro placer de leer. Y, hoy en día, medios no nos faltan, cada vez más didácticos y accesibles para llegar a ella.

La lectura está íntimamente relacionada con la escritura. Escribir es un proceso paralelo que también responde a las más variadas inquietudes. Cuando las palabras revolotean internamente buscando una salida, la única manera de liberarlas es escribiendo, es una sensación inexplicable a la que llamo "la adrenalina de las palabras". Aparecen sin avisar y sin pedir permiso y se apoderan de mi; se juntan, se separan y se vuelven a unir y siempre con la idea de salir a decir...

Viene al caso y no quiero dejar de compartir un relato de Neruda ,en donde explica el nacimiento de su vocación poética. Lo relaciona con un intercambio de obsequios ocurrido en su infancia, con otro niño desconocido. A través de un hueco en la pared de su patio, vió en primer lugar la mano de un niño, retrocedió unos pasos y cuando volvió a observar se encontró con una oveja de lana blanca que le fascinó. En retribución, corrió y colocó en el mismo lugar, una piña de pino que adoraba. Aquella ofrenda trajo por primera vez a su vida, un tesoro que lo acompañaría más tarde: la solidaridad humana; ese misterioso intercambio que quedó sellado a fuego en su corazón, fue el que encendió su poesía y a modo de devolución entregó a muchos solitarios desconocidos, sus palabras.

Las palabras son regalos de grandes o pequeños poetas y escritores, que intentan entregarnos una parte de sí mismos. Siempre hay alguien dispuesto a brindarnos sus palabras, ellas están ahí esperando pacientes y la lectura es el medio para hacerlas nuestras.

La lectura es una búsqueda constante, nos cambia, nos completa, nos motiva y nos agranda. Sepamos aprovechar el don que tenemos.

Un personaje del escritor fantástico H. P. Lovecraft emprende la búsqueda de una ciudad con cuyas cúpulas doradas en el sol de la tarde había soñado tantas veces. Perdido entre las marañas de callejuelas puede, por fin —gracias al auxilio de una mágica llave de plata—, acceder a ella. Cuando lo logra, descubre que no es otra que su propia ciudad natal: manifestada o revelada bajo una nueva luz.
Sí: la ciudad
onírica estaba dentro de su ciudad real como el conocimiento está dentro de la información: agazapado, polvoriento, esperando la llave mágica.

Y ya es hora de revelar nuestro secreto: la llave mágica del conocimiento es la lectura...
Les propongo que comenten sobre libros que estén leyendo o que hayan leído ya, pero que siguen presentes en ustedes. Estoy leyendo " La razón de mi vida" de Eva Perón, un libro de hojas amarillentas y cargado de sentimientos porque era de mi mamá...

7 comentarios:

  1. Siempre he disfrutado la magia de la lectura y el poder liberador que confiere el sumergirse en otros mundos. También, he sentido la adrenalina de las palabras y esa necesidad imperiosa de expresarme por escrito. Dicen que los traductores somos escritores frustrados pero no me siento así porque la posibilidad de escribir existe en todo momento.
    Un libro que leí en la adolescencia y que retomo cada vez que puedo es Juan Salvador Gaviota de Richard Bach. El tema principal del libro es la libertad, que considero uno de los bienes más valiosos en la vida y me siento identificada con Juan (la gaviota protagonista) en su búsqueda de la libertad, de mejorar, de superarse, de ser feliz aunque implique remar contra la corriente.

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  2. Gracias por tu comentario, me encanta lo de Juan Salvador Gaviota y la libertad. No es algo fácil de sentir pero a lo que siempre hay que apostar. Sentirnos libres y caminar siempre hacia adelante es fundamental.
    Otra vez gracias!!

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  3. La lectura también forma parte de mi vida, si tengo que esperar en algún lado, voy siempre preparada con algo para leer, porque con un libro a mano siento que no pierdo el tiempo.
    muchas veces recurro a las mismas lecturas, esas en las que algo me identifica, me conmueve, me emociona, a lo mejor una palabra, o un párrafo o verso (disfruto y amo la poesía) y la vuelvo a leer...y más que un libro nombraría a un escritor: Julio Cortázar, es integral, amplio, profundo y siempre encuentro lo que busco cuando lo leo y lo releo y lo resignifico infinitas veces.
    Para la ocasión te mando estas palabritas de Juan José Saer, (tiene novelas buenas también lo recomiendo)
    "Si buena parte de nuestras lecturas son obligatorias, las que nos transforman, nos conmueven o simplemente nos gustan coinciden con una zona irreductible de nosotros mismos cuya existencia tal vez ignoramos y que la lectura nos revela. (...) Lo que no ignora ningún lector es que los libros y la vida forman la misma savia que hace una y otra vez, contra toda intemperie, invenciblemeente, el árbol de lo imaginario"

    Me gusto mucho como trataste el tema, besos
    Silvana

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  4. Me trague la palabra florecer, en el texto de Juan josé saer, "que hace FLORECER una y otra vez...

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  5. Que lindo SIl!, oportuna como siempre... gracias!! y voy a leer a Saer, no recuerdo haber leído de él... preciosa comparación... gracias por tu comentario siempre constructivo!

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  6. Te felicito por animarte a escribir sobre este tema, que es tan complejo.
    Comparto con vos lo que refiere a la lectura, creo que es una experiencia enriquecedora, liberadora y placentera.
    Cuando leí tu texto me acorde de R Barthes y de un texto que se llama "La muerte del autor", de "El susurro del lenguaje"; lo fui a leer (y te lo recomiendo)y creo que esto es un resumen de su pensamiento:
    ..."el sentido total de la escritura: un texto está formado por escrituras múltiples, procedentes de varias culturas y que, unas con otras, establecen un diálogo, una parodia, una contestación; pero existe un lugar en el que se recoge toda esa multiplicidad, y ese lugar no es el autor, como hasta hoy se ha dicho, sino el lector: el lector es el espacio mismo en que se inscriben, sin que se pierda ni una, todas las citas que constituyen una escritura; la unidad del texto no está en su origen, sino en su destino, pero este destino ya no puede seguir siendo personal: el lector es un hombre sin historia, sin biografía, sin psicología; é! es tan sólo ese alguien que mantiene reunidas en un mismo campo todas las huellas que constituyen el escrito."
    Me gustó como trataste el tema, Besos

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  7. Gracias Gi!! Que bueno este autor! me encanta el pensamiento de que todo se resume en el lector en general, que es a quien va dirigido el texto, el destino de las palabras es quien las recibe en definitiva y es su capacidad de recepción que varía en cada persona. Por eso uno escribe y el que lo recibe lo hace desde sí mismo con su interpretación particular... Es apasionante este tema... muchas gracias por el comentario!! y por la recomendación

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