Si recuerdo, mis recuerdos,
Se me vienen como aromas,
Son fugaces sensaciones,
De lo vivido que asoman.
Evocando los momentos,
Vuelve alegría y perturba
La nostalgia que aparece
Entre risas y penumbras.
Andando en mi bici azul
En el patio de mi casa,
Rememorando me encuentro
Detenida en el tiempo que pasa.
Siento la inmensidad del mar
Y mi miedo a las montañas,
Veo tardes de aventura,
Y manos que me acompañan.
Qué misterio los recuerdos
Que en nuestra mente persisten,
Parece que se negaran
A quedar atrás y volviendo insisten.
Qué tercos son y obstinados,
No se atreven a soltarnos,
Quizá temen que en la distancia
Comencemos a olvidarlos.
Son colores, son lugares,
Son rostros y son miradas
Que siguen, que me dejaron
Vacía parte del alma.
Y si espío en tus recuerdos,
Que hice míos y en esencia,
Revivo tus ratos felices
Y tus profundas ausencias.
Me aparecen tus ojos tristes
Sumados a tu sonrisa gigante,
Cuando me subí a tus recuerdos
Ya nunca fui la misma de antes.
Desde entonces fue el amor
Toda vida y soles nuevos,
Que abrieron otras ventanas
Y fundieron nuestros senderos.
Desde aquel instante juntos,
Caminando y con memoria
De recuerdos que entrelazados
Escriben una misma historia.
Este poema invita a sobrevolar por nuestros recuerdos, de hace tiempo o de ayer, esas imágenes que se nos pasan como una película por la mente. Esas que nos traen la nostalgia, que a veces es buena, pero siempre me deja esa extraña sensación de querer volver atrás y no.
Dedicado a mis gratos recuerdos de ayer y a nuestros recuerdos, Amor.